El etiquetado de productos se ha utilizado durante mucho tiempo como una vía para que las marcas destaquen los compromisos con la responsabilidad social corporativa y demuestren a los comerciantes minoristas y consumidores que cumplen los estándares éticos requeridos. La introducción de la certificación y etiqueta mundial FAIRTRADE en la década del noventa es quizás el ejemplo más destacado, aunque no el único.
Actualmente, los consumidores consultan cada vez más el empaque de los productos para buscar información sobre las credenciales éticas y ecológicas de las marcas. De hecho, con un enfoque global cada vez mayor en la sustentabilidad, muchas empresas están considerando nuevas iniciativas de etiquetado de productos que se centran específicamente en el impacto ambiental de un producto. Sin embargo, se ha planteado que los programas de etiquetado estático pueden mostrar a los consumidores solo una parte del panorama.
En este artículo, Rob Ellinor, Programme Manager de Domino Printing Sciences (Domino), analiza los desafíos que enfrentan las marcas a la hora de satisfacer las exigencias de los consumidores con conciencia ecológica y destaca el papel que puede desempeñar el etiquetado de datos variables para proporcionar información más transparente sobre los productos y las cadenas de suministro.
Mayor demanda de productos sustentables
En los últimos años, las empresas de todo el mundo se han visto sometidas a una presión cada vez mayor para demostrar su compromiso con la sustentabilidad. Eventos mundiales importantes como la COP26 siguen poniendo el foco en la necesidad de un cambio, y las marcas tienen la responsabilidad de demostrar cómo están marcando la diferencia. Los consumidores son cada vez más conscientes en este sentido y ejercen presión para obtener más información que les permita fundamentar sus decisiones de compra y hábitos.
El impulso de la sustentabilidad se puede observar en los bienes de consumo de alta rotación, incluidos los alimentos y las bebidas, los artículos de cuidado personal y los productos de limpieza para el hogar. Cada vez más, las marcas de estos sectores recurren al etiquetado de productos para demostrar sus credenciales ecológicas. Para algunas, esto significa adoptar nuevas iniciativas de etiquetado ecológico, como la etiqueta ecológica de la UE o las etiquetas “semáforo” de la organización Foundation Earth, que clasifican el impacto ambiental de los artículos.
Además, algunas marcas eligen presentar sus propios “puntajes ecológicos” con etiquetas que demuestran la huella total de carbono o agua de un producto. Muchas importantes marcas de alimentos y bebidas para veganos y vegetarianos, como Quorn, Oatly y THIS, ahora incluyen información sobre la huella de carbono como norma, y varias multinacionales globales, como Unilever y Nestlé, han expresado su deseo de hacer lo mismo. La Asociación de Fabricantes Chinos y Carbon Trust también lanzaron un programa de etiquetado y huella de carbono de productos para empresas en Hong Kong.
El riesgo del lavado verde
El aumento de las iniciativas de etiquetado de sustentabilidad podría verse como un indicio de un cambio positivo. Sin embargo, se ha sugerido que algunas afirmaciones de sustentabilidad no muestran el panorama completo. Por ejemplo, una etiqueta de huella de carbono solo informa al consumidor sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, pero omite el uso general de la tierra o el agua. Del mismo modo, si bien se pueden incluir logotipos en los empaques de alimentos para destacar que la carne o las verduras son de origen local, esto no garantiza que la cadena de suministro sea la opción más sustentable. De hecho, cuando se cultivan fuera de temporada, las verduras de origen local pueden ser menos sustentables que las alternativas importadas.
Entonces, ¿hay consenso sobre lo que significa realmente “sustentable”?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura establece que las dietas sustentables “protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles; nutricionalmente adecuadas, seguras y saludables; y optimizan los recursos naturales y humanos”.
Si se tienen en cuenta todos estos factores y el consecuente volumen de datos que comprende la sustentabilidad, muchas opciones de etiquetado estático no proporcionan la garantía tan necesaria de la procedencia de un producto.
De hecho, la precisión de la información presentada a los consumidores ha sido objeto de escrutinio en los últimos años en medio de preocupaciones sobre el lavado verde. En 2021, la Autoridad de Competencia y Mercados (Competition & Markets Authority, CMA) del Reino Unido publicó un Código de Afirmaciones Ecológicas destinado a proteger a los consumidores de afirmaciones ambientales engañosas, que podría introducir sanciones para las organizaciones que las realicen.
Trazabilidad por lotes para la sustentabilidad y la procedencia
Los códigos bidimensionales variables (p. ej., los códigos QR y Data Matrix), de lotes específicos, podrían proporcionar una solución a las marcas para superar las complejidades del etiquetado relacionado con la sustentabilidad. Los consumidores y los socios de la cadena de suministro podrían usar estos códigos escaneables para obtener información detallada de los productos y empaques.
Si bien es poco probable que los ingredientes de un producto cambien de un lote a otro, sí es posible que el origen varíe y sea susceptible a las fluctuaciones de la cadena de suministro y la disponibilidad estacional de los ingredientes. Las marcas ya recopilan dicha información por lotes, pero es posible que no esté presente en el empaque del producto debido a la complejidad de cambiar el diseño de las etiquetas según el lote y al espacio limitado en dicho empaque.
Cuando el origen de los ingredientes del producto es variable, los códigos bidimensionales pueden facilitar el intercambio adecuado de información. Por ejemplo, para los productos que contienen carne y lácteos, un código bidimensional por lotes podría proporcionar información sobre la granja donde se crió el ganado y los métodos de cultivo utilizados para respaldar afirmaciones como “criados en libertad” u “orgánico”. Esto se podría llevar un paso más allá para proporcionar información más detallada sobre lotes específicos de materias primas e incluso poner el foco en datos de animales individuales.
En cambio, sin una etiqueta de datos variables, las marcas tendrán que mostrar inevitablemente métricas que reflejen el peor de los casos. Analicemos, por ejemplo, una empresa de alimentos envasados con proveedores que cambian según la disponibilidad estacional: ciertos ingredientes serán menos contaminantes en temporada y se podrán obtener localmente, pero las etiquetas de los productos deberán reflejar las épocas en que las emisiones integradas estén en su punto más alto. La otra alternativa sería cambiar toda la etiqueta del producto según el lote, lo que tendría un costo significativo.
Intercambio efectivo de datos en las cadenas de suministro
En todo el mundo, ya están surgiendo nuevas iniciativas que pretenden brindar más transparencia a los consumidores a través de los códigos bidimensionales. En Estados Unidos, por ejemplo, la iniciativa SmartLabel™ proporciona códigos QR escaneables vinculados a una base de datos de búsqueda que los consumidores pueden usar para encontrar información detallada sobre ingredientes específicos de los productos. A nivel internacional, la norma GS1 Digital Link facilita esta función y permite a las marcas incluir información de sustentabilidad específica por lotes o productos en un códigos de barras de GS1 Digital Link.
El uso de códigos bidimensionales por lotes permite a las marcas proporcionar información más detallada a los consumidores y ofrecer una mayor transparencia en sus cadenas de suministro. Esta mayor visibilidad puede aportar los conocimientos necesarios para operar las cadenas de suministro de manera más eficaz. Los códigos bidimensionales variables son fundamentales para el intercambio eficaz de datos en las cadenas de suministro, ya que permiten compartir información de cada paso del ciclo de vida de un producto, desde el suministro inicial de las materias primas hasta los datos de ventas minoristas.
Este código también se puede usar para comunicar información adicional que podría no caber en la etiqueta de un producto, incluida información y campañas de marketing esenciales, lo que promueve una mayor participación del cliente y fidelidad a la marca a largo plazo. Las marcas pueden proporcionar acceso a los compromisos y las políticas de sustentabilidad, o experiencias personalizadas, como consejos de reciclaje específicos de un lugar, lo que permite a los consumidores verificar si se aceptan determinados empaques a través del sistema de reciclaje doméstico o localizar el punto de reciclaje más cercano.
Conclusión
Las etiquetas estáticas de productos y las certificaciones ecológicas ambientales no pueden satisfacer, por sí solas, las exigencias cambiantes y en aumento de información que plantean los consumidores modernos con conciencia ecológica. Esta nueva generación de consumidores exigentes demanda más.
Los códigos bidimensionales variables facilitan el intercambio de información más detallada y transparente sobre los productos, lo que permite a las marcas demostrar el verdadero alcance de sus compromisos de sustentabilidad y, al mismo tiempo, brindar acceso a la información necesaria para operar las cadenas de suministro de forma más eficaz.
A medida que aumentan las exigencias de intercambio de datos por parte de los consumidores, los gobiernos y los entes reguladores, la importancia de la codificación bidimensional por lotes será cada vez más evidente. Para aquellos que aún no han explorado los beneficios de la codificación de datos variables, el momento de actuar es ahora.