Muchos fabricantes creen que la tecnología de impresión digital es cara, no solo por la mayor inversión inicial que requiere, sino también por los elevados costes de los consumibles, ya que el coste por etiqueta sigue siendo el factor principal para muchos fabricantes a la hora de evaluar un nuevo proceso de impresión.
Sin embargo, al realizar una comparación directa, los fabricantes que basan su decisión de compra únicamente en el coste de los consumibles podrían ignorar los costes ocultos de las tecnologías analógicas y podrían perderse las oportunidades de valor añadido que proporciona la impresión digital.
Al evaluar el coste total de propiedad y la rentabilidad de una nueva impresora de etiquetas, los fabricantes deberían tener en cuenta todos los factores, incluidas las nuevas oportunidades que puede proporcionarles la impresora, el tiempo de funcionamiento, los retos del mercado, así como los costes ocultos de su flujo de trabajo actual.
Factores que afectan a la rentabilidad de la impresión digital
Impresión individualizada
Según FINAT, el principal factor por el que las marcas se plantean la impresión digital es la posibilidad de realizar tiradas más cortas. La demanda de los clientes está creciendo, y los objetivos de sostenibilidad y de reducción de desperdicios de las marcas están impulsando un cambio hacia una producción más ajustada.
Las capacidades de realizar tiradas cortas y los plazos de entrega breves de la impresión digital eliminan de manera eficaz la necesidad de que los clientes finales dependan de grandes pedidos de etiquetas que corren el riesgo de quedar obsoletas y resultar excesivos para satisfacer la demanda. Las conversaciones con los propietarios de marcas ponen de manifiesto que se suele desechar más del 30 % de las etiquetas impresas debido a cambios en la legislación o en los ingredientes que hacen que los diseños existentes se queden obsoletos y sea necesario crear nuevas tiradas con la información actualizada.
La producción de etiquetas individualizada mediante la tecnología de impresión digital permite a las marcas imprimir solo lo que necesitan para satisfacer la demanda y responder de manera rápida y sencilla a los requisitos de cambios en las etiquetas, lo que ayuda a reducir los desperdicios.
La impresión digital puede aportar beneficios a las marcas tanto económicos como de sostenibilidad. Realizar pedidos más frecuentes de tiradas más cortas a un precio más alto podría suponer un ahorro significativo para las marcas, siempre que el precio total que se pague por las etiquetas impresas digitalmente sea inferior al valor de las etiquetas que los fabricantes o las marcas habrían desechado. Teniendo esto en cuenta, es posible justificar un precio más alto por etiqueta.
Además, gracias a la impresión individualizada, los fabricantes pueden utilizar de manera eficaz sus recursos de impresión digital para responder al aumento en la demanda de tiradas más cortas con poca antelación, lo que les permite ampliar el negocio y retener a los clientes existentes gracias a la flexibilidad de poder entregar existencias en el momento en que se necesiten.
Las impresoras digitales también pueden añadir valor al atender las necesidades de impresión de datos variables de las marcas. De hecho, desempeñarán un papel clave a la hora de satisfacer el aumento en la demanda de códigos 2D variables a medida que las marcas se preparan para Sunrise 2027, reuniendo información promocional, de la cadena de suministro y del punto de venta en códigos QR impulsados por GS1.
Tiempo de inactividad de la impresora
El tiempo es oro, y sacar el mayor partido al tiempo de funcionamiento de la impresora determina la cantidad de etiquetas que los fabricantes pueden producir eficazmente a diario. El tiempo de inactividad de cualquier equipo es un problema grave para los fabricantes que buscan maximizar la rentabilidad de su impresora.
En comparación con la tecnología analógica, las impresoras digitales requieren una configuración mínima. El procesamiento de imágenes en línea y en tiempo real que facilita la tecnología digital también ayuda a minimizar el tiempo de inactividad de la impresora y maximizar la productividad, gracias a la cómoda configuración mediante el DFE. Con la tecnología digital, no es necesario crear placas de impresión, el tiempo dedicado a la configuración mecánica es mínimo y es fácil reorganizar el programa de producción para acomodar otra tirada con poca antelación.
En comparación, la configuración de la impresora flexográfica puede llevar mucho tiempo. Cada cambio de trabajo en una impresora flexográfica no solo lleva tiempo para realizar la configuración mecánica, sino que también incrementa la cantidad de consumibles utilizados, ya que en el proceso de configuración se desperdician tinta y material para probar y garantizar la calidad de impresión, el color y el registro.
Por eso, en el caso de fabricantes flexográficos que realizan una variedad de trabajos, es muy posible que las tareas de configuración del cambio de trabajo superen el tiempo de ejecución necesario para imprimir dicho trabajo, lo que hace que sea el tiempo de cambio, en lugar de la velocidad de la impresora, el factor crítico a la hora de maximizar la producción total.
Los fabricantes que emplean ambas tecnologías saben que la impresión digital y flexográfica ofrecen los mejores resultados cuando se utilizan como tecnologías complementarias, y que la tecnología de impresión digital es una herramienta muy eficaz para aumentar la productividad y la rentabilidad de los recursos flexográficos existentes. La tecnología digital permite realizar tiradas más cortas que antes no eran posibles, mientras que, al no tener que utilizarse ya para todo, la flexografía puede dedicarse a tiradas más largas y rentables.
Capacidades del operario de la impresora
La mano de obra suele representar el mayor porcentaje de los costes operativos totales de un fabricante. De hecho, las recientes subidas de los tipos de interés y la inflación han convertido los salarios en la principal preocupación del 71 % de los proveedores de servicios de impresión que han participado en la encuesta Printing Outlook de la BPIF del primer trimestre de 2025.
Además, la escasez de personal cualificado en el sector de la impresión ha aumentado los costes de contratación de profesionales con experiencia en la configuración de tecnologías flexográficas y también ha supuesto un reto a la hora de encontrar personal con las habilidades adecuadas.
Sin embargo, a muchos fabricantes les resulta más fácil contratar operarios para sus equipos de impresión y acabado digitales. La tecnología de impresión digital suele ser mucho más fácil de utilizar que la tecnología flexográfica tradicional, y a los candidatos con conocimientos tecnológicos a menudo les suele resultar fácil adaptarse con una formación mínima.
Los problemas para contratar personal cualificado están provocando un cambio de mentalidad en el sector, y los fabricantes que no disponen de la mano de obra local necesaria para poner en marcha otra línea flexográfica están recurriendo a la tecnología digital.
De hecho, una cuarta parte de los participantes en la encuesta de la BPIF tienen planificado invertir en tecnología digital en 2025, mientras que la mitad de los encuestados están investigando mejoras en automatización y flujo de trabajo que podrían ayudarles a mitigar la escasez de mano de obra y mejorar la eficiencia.
Gestión del flujo de trabajo de impresión
Una vez que un fabricante ha decidido invertir en tecnología de impresión digital, sobre todo si se va a aumentar la velocidad de impresión, es importante que tenga en cuenta todos los pasos de la creación de la etiqueta para determinar qué impresora digital de bobina a bobina o híbrida le permitirá obtener los mejores resultados.
Mientras que una nueva línea híbrida de impresión y acabado suele ofrecer un proceso en el que todos los elementos funcionan juntos con un rendimiento óptimo, añadir una impresora digital de bobina a bobina a un proceso existente de varios pasos es algo más complejo y precisa un análisis más detallado de todo el flujo de trabajo de producción de etiquetas.
Un proceso de varios pasos podría incluir varios equipos correspondientes a las fases iniciales y posteriores, conectados por procesos manuales. Mientras que el equipo de conversión en las fases iniciales normalmente mantiene un suministro constante de sustrato preparado a una impresora de etiquetas, el equipo en las fases posteriores podría provocar atascos, disminuyendo la productividad y reduciendo la amortización de la inversión. Los fabricantes que deseen aprovechar unas velocidades de impresión más elevadas deben asegurarse de que el equipo de acabado iguale o supere siempre la velocidad de producción de la impresora de etiquetas, para maximizar el número de etiquetas acabadas producidas.
Los fabricantes que compren una impresora de alta velocidad también deben estar seguros de que van a poder generar los pedidos necesarios para aprovechar la capacidad adicional, ya que una impresora infrautilizada no ofrecerá la rentabilidad deseada. Esto también puede ser un problema en los procesos de impresión de etiquetas híbrida digital, en los que los motores de impresión digital integrados (la inversión más importante de la línea) pueden sufrir considerables períodos de inactividad durante la configuración de la estación flexográfica. Si se dispone de equipos de acabado fuera de línea adecuados y de personal cualificado, una impresora de bobina a bobina podría ser la opción más eficiente, ya que ofrece una amortización más rápida gracias a una producción casi continua y al acabado fuera de línea.
Conclusión
Los fabricantes que invierten en una nueva impresora digital de etiquetas deben tener en cuenta el contexto general y centrarse en el valor total que una impresora podría aportar a su empresa, así como en la inversión inicial, el coste de los consumibles o la velocidad de la impresora.
Un proveedor de impresión digital que ofrezca soluciones fiables, respaldado por una oferta de servicios adaptada a las necesidades de un fabricante, será un socio sólido que podrá ayudar a los fabricantes a ampliar su negocio y maximizar su rentabilidad.
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