El mundo se enfrenta a las mayores tasas de inflación de los últimos 40 años, y los expertos hablan de una posible recesión en los próximos meses.
Las causas subyacentes están bien claras: una combinación de factores que incluyen la reducción de la mano de obra, las interrupciones relacionadas con la pandemia, la escasez global de energía y la crisis actual en Ucrania ha ejercido una presión constante sobre unas cadenas de suministro frágiles, creando la tormenta perfecta para el aumento de costes.
Se trata de un periodo estresante para los fabricantes, que se esfuerzan por mantener la productividad a pesar de una reducción de los márgenes, y para los consumidores, que sienten la presión del aumento en los precios y unos plazos de entrega más largos en los pedidos de productos.
En lugar de sufrir la incertidumbre, los fabricantes pueden tomar medidas para adaptarse mediante la automatización. De ese modo, estarían más preparados para hacer frente a la inflación y a cualquier otro desafío que pueda surgir en el futuro, como explica Andy Barrett, Services Director de Domino Printing Sciences (Domino).
Desafíos del mercado de trabajo
La escasez de trabajadores está afectando a la producción. La generación del baby boom que se jubila y un abandono general de la mano de obra durante la pandemia, también denominado «la gran dimisión», han provocado carencias mundiales en el mercado laboral. Las empresas, que tienen problemas para contratar personal, se ven obligadas a aumentar los salarios, lo que exacerba aún más los aumentos de precios.
Para hacer frente a estos desafíos, las empresas deben asegurarse de que su plantilla se concentre en actividades con valor añadido más en consonancia con la estrategia general de la empresa. Deben evaluar las actividades que realizan, y la forma de realizarlas, y buscar opciones para automatizar actividades que no necesiten intervención humana.
Los fabricantes pueden aprovechar procesos de la Industria 4.0 y automatizar sistemas en las fábricas de manera que se ocupen de tareas rutinarias y de poca importancia. En cuanto a la codificación y el marcaje, el software de automatización integrado con los sistemas MES o ERP existentes puede eliminar la necesidad de introducir códigos manualmente. La incorporación de sistemas de inspección por imagen puede garantizar la corrección de todos los códigos de productos para eliminar la necesidad de verificaciones manuales y, por tanto, la posibilidad de errores humanos.
Con las soluciones de codificación automatizadas, los fabricantes pueden conectar en red impresoras y supervisar automáticamente los recuentos de líneas y la producción, así como optimizar los cambios de productos y otras tareas manuales que requieren intervención humana. Esto permite una asignación más eficiente de los recursos manuales, así como generar más tiradas de producción por turno, aumentar la productividad y lograr una mayor adaptabilidad y cambios en función de las demandas.
La incorporación de la conectividad en la nube proporciona mayor visibilidad y facilita el funcionamiento a distancia, lo que permite a los responsables de producción trabajar lejos de la línea de producción y estar al corriente de toda la actividad.
Ventajas que trascienden la inflación
Las empresas que inviertan ahora en tecnología para mejorar el rendimiento también estarán más preparadas para enfrentarse a desafíos futuros, incluida una posible recesión. La automatización puede reducir los costes de funcionamiento, eliminar errores, mejorar la resiliencia y la productividad, y liberar recursos humanos para centrarse en los objetivos comerciales críticos durante una recesión económica.
Los resultados de un estudio reciente de Bain & Company indican que las empresas experimentan ganancias y pérdidas más acusadas durante las recesiones que durante los periodos estables, lo que destaca la importancia de prepararse con antelación para una posible crisis económica con el fin de poder ser una de las empresas que salen ganando con la crisis. El estudio destacó la inversión en automatización como una prioridad clave para las empresas a la hora de perfilar sus estrategias para prepararse ante una recesión.
Mejora continua
La aplicación de soluciones automatizadas y la Industria 4.0 inevitablemente generan preguntas sobre si sustituirán a los trabajadores. Si bien es cierto que determinadas tareas manuales serán eliminadas por la automatización, estos sistemas también tienen un papel que desempeñar en el funcionamiento diario de las fábricas, junto con el personal de producción.
Al adoptar la automatización, las empresas pueden asegurarse de que los empleados tengan más tiempo para centrarse en actividades que aportan valor añadido, en lugar de realizar tareas rutinarias. Por ejemplo, podrían usar los datos disponibles a través de sistemas conectados en la nube para identificar áreas problemáticas e implementar mejoras. Introducir soluciones automatizadas para detectar estos problemas puede ayudar a agilizar procesos, lo que permitirá desbloquear rápidamente los beneficios adicionales que aporta la automatización.
La automatización también puede ayudar a que los empleados liberen tiempo para formarse o mejorar sus capacidades en determinadas áreas de trabajo. Las empresas deben plantearse cuál es la mejor manera de atraer y retener el talento en un mercado laboral limitado. Las empresas que proporcionen oportunidades de formación, mejora y desarrollo profesional inevitablemente ofrecerán más valor como empleadores y tendrán más éxito al retener a empleados existentes y atraer a otros nuevos.
Conclusión
Es un momento complicado para la fabricación, pero las perspectivas no son desalentadoras. Hoy en día, los fabricantes tienen la suerte de poder acceder con facilidad a las herramientas y equipos necesarios que garanticen el éxito. Con la automatización de la codificación, la inspección automatizada de códigos y la mejora de la visibilidad de los datos, los fabricantes pueden tratar de mitigar algunos de los desafíos actuales del aumento de precios y la inflación y situarse en una posición ventajosa de cara a la futura incertidumbre económica.