Uno de los dulces de Navidad más populares de Francia, el tronco de Navidad, o «bûche de Noël», nos cuenta algo interesante sobe la historia de la Navidad en ese país. Actualmente, el «bûche de Noël» es un postre parecido al brazo de gitano, hecho de bizcocho de chocolate enrollado, relleno de crema pastelera y decorado para asemejarse a un tronco de árbol; pero no siempre fue así.
Originariamente, el «bûche de Noël» era un tronco de verdad, que se traía a casa en Nochebuena y se quemaba lentamente durante 12 días, hasta la Epifanía el 6 de enero. Se decía que esta ceremonia auguraba buena fortuna para el año entrante. En cada región el tronco se rociaba con distintas sustancias, incluidos vino y sal, para hacer que las llamas cambiaran de color. A medida que las chimeneas de leña han ido desapareciendo, la tradición se ha ido sustituyendo poco a poco por otras alternativas, como el delicioso «bûche de Noël».
El bûche de Noël no es el único pastel navideño que se come en Francia; el 6 de enero las familias francesas disfrutan de la «galette des rois», o tarta de reyes, para celebrar la Epifanía y la llegada de los Reyes Magos. La «galette de rois» se compone de dos círculos de hojaldre rellenos de frangipane, una deliciosa crema de almendras. Todos los años se consumen más de 32 millones de «galettes des rois» en Francia y, según las encuestas, el 94 % de los franceses se comen al menos un trozo todos los años[1].