El mundo entero se opone al uso de la espuma de poliestireno. En Estados Unidos, las ciudades están prohibiendo el uso de esta sustancia en envases. Seattle, Los Ángeles y Portland han seguido ya el ejemplo de San Francisco, que ha prohibido la espuma de plástico expandida, implantando así una legislación que aborda los crecientes problemas en materia medioambiental. Pero no solo se trata de Estados Unidos, ya que la prohibición ha llegado también al Sudeste Asiático.
¿Por qué se prohíbe el poliestireno?
La espuma de poliestireno expandible, conocida por el nombre de la marca Styrofoam, puede estar formada por aire en un 95 %, pero el volumen absoluto de este material perjudica enormemente el medio ambiente. En 2006, por ejemplo, se depositaron 135 millones de toneladas en vertederos de Hong Kong, lo que constituye una inmensa cantidad de este material, que tardará décadas en descomponerse. Además, esta sustancia puede terminar contaminando a la fauna si llega al ciclo alimentario de los peces y de los mamíferos de menor tamaño. Aparte de esta masa residual pura, entre los riesgos para la salud del hombre que puede conllevar esta sustancia se encuentra la irritación de los ojos, de las vías respiratorias y de la piel, aparte de tener efectos gastrointestinales. La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) estadounidense también ha incluido el estireno en su lista de posibles carcinógenos humanos.
¿Solo se está prohibiendo el poliestireno?
No, la prohibición del poliestireno es un hecho sintomático de un mayor esfuerzo internacional por reducir los residuos de plástico. Véase por ejemplo la reciente legislación aprobada en Francia para prohibir los vasos, platos y cubiertos de plástico y la imposición en Reino Unido del cobro de las bolsas de plástico, que se han introducido para combatir el uso de ese material.
Las ventajas de los envases de plástico
El uso de envases y recipientes de plástico, y especialmente de poliestireno, está generalizado. Muy generalizado. Resulta barato fabricarlos y, como son ligeros, también es barato transportarlos. Los plásticos poseen además buenas propiedades de aislamiento y protección. Es posible que, hasta el momento, para algunos proveedores, el plástico fuese una opción económica obvia. Sin embargo, todo el mundo se está posicionando en contra de su utilización. Para las empresas que piensan en el futuro, pasar a utilizar envases más respetuosos con el medio ambiente para garantizar un futuro sin plásticos constituye una buena apuesta.
Los envases de nueva generación: éticos, sostenibles, reciclables:
El consumo ético es una tendencia al alza. Son los consumidores quienes los están demandando y han dejado claro que están dispuestos a pagar por unos envases y unos productos más respetuosos con el entorno que les rodea. A través de campañas continuas y de una mayor presión, la industria y los fabricantes de envases en general están adaptándose poco a poco al cambio experimentado por el sector. Adoptar alternativas a los plásticos y al poliestireno es una manera de acercarse más a los consumidores y de proteger el negocio de cara al futuro.
Envases alternativos y el futuro
Solo en Estados Unidos se tiran 25.000 millones de vasos de poliestireno al año. Pero ¿y si en lugar de fabricar los vasos con poliestireno, los hacemos de cartón biodegradable? Ahora, en San Francisco, habrá que conformarse con eso. También tenemos los envases a base de hongos, que constituyen una alternativa natural, respetuosa con el medio ambiente y de bajo coste. O la alternativa creada a partir de la caña de azúcar, cuya motivación ética es similar.
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Hasta ahora, no hay nada tan barato como el plástico, pero sí que existen mejores respuestas a largo plazo desde el punto de vista medioambiental. El reciclaje no lo es todo. Las causas ecologistas han de atacar el problema desde la producción, que es el origen, en lugar de actuar a posteriori sobre el resultado. La industria de los envases ha de hacer frente a las tendencias de concienciación medioambiental y responder convenientemente para sobrevivir a los cambios en los hábitos de consumo y a la nueva legislación del sector.