En los últimos años, el sector del cartón corrugado ha experimentado un aumento de la demanda de tiradas cortas y medias de envases de gran impacto, promovido tanto por el crecimiento de sectores como por el próspero mercado de la cerveza artesanal, donde el desarrollo de productos nuevos genera un flujo prácticamente constante de variaciones en el diseño de las cajas.
A medida que los fabricantes exploran las posibilidades de invertir en equipos de impresión digital para poder hacer frente a la demanda y favorecer el crecimiento de la empresa, es común sobrevalorar los aspectos económicos y prácticos de ejecutar un proceso de impresión digital para los envases de cartón corrugado, dadas las tecnologías convencionales con las que están familiarizados actualmente los fabricantes.
Ben Ginesi, European Sales Manager – Digital Corrugated Packaging de Domino, acaba con algunos de los mitos acerca de la impresión digital en cartón corrugado.
Primer mito: La impresión digital es más compleja que los métodos tradicionales de impresión
métodos y procesos tradicionales de impresión de los fabricantes. La impresión flexográfica (flexografía) funciona bien en impresiones voluminosas y no complicadas en una serie de sustratos, mientras que la impresión litográfica (litografía) se ha empleado generalmente para hacer impresiones de alta calidad con detalles complejos. Los fabricantes llevan décadas imprimiendo de la misma manera en el sector del cartón corrugado y están muy versados en el proceso, lo que ha dado lugar a la creencia de que la transición a la tecnología digital sería difícil y tediosa, como cabe esperar al cambiar un proceso conocido por otro completamente diferente. Pero no tiene por qué ser así.
En teoría, el proceso de impresión digital es más simple y corto que la flexografía y la litografía: se toma el material gráfico digital, se envía a la máquina y esta lo imprime. El procedimiento, si se configura correctamente, es más sencillo y eficaz que un proceso tradicional con planchas de impresión supeditado a una configuración mecánica que consume mucho tiempo. No obstante, al igual que con cualquier otro equipo, se necesitan los procesos adecuados y el personal —plenamente cualificado— correcto para operarlo.
Segundo mito: Los consumibles de la impresión digital son demasiado caros
Es cierto que las tintas de las impresoras digitales pueden ser más caras que los consumibles de la impresión flexográfica o litográfica, y muchos fabricantes piensan que el coste de la tinta por litro es un factor decisivo en la viabilidad del proceso. Sin embargo, el coste de la tinta por litro no indica el coste de funcionamiento total de un equipo de impresión digital.
Una tinta que pueda considerarse cara a primera vista a menudo resulta más rentable, ya que una mejor cobertura del sustrato reduce el consumo de tinta y disminuye el coste por metro cuadrado de impresión. La necesidad de una capa de impresión como consumible también aumenta el coste de funcionamiento, y las tintas que no necesitan un revestimiento previo podrán suponer unos ahorros considerables.
Una vez que los usuarios de las impresoras digitales se percatan de esto, pueden pasar de las tiradas cortas y medias a las tiradas largas, lo que aumenta el uso de la impresora y mejora todavía más la rentabilidad.
Tercer mito: Las impresoras digitales son grandes y requieren un espacio especial
Los fabricantes de cartón corrugado que estudian la posibilidad de pasarse a la impresora digital a menudo se preocupan por el tamaño del equipo y se preguntan si disponen del espacio y los recursos suficientes para poder crear un entorno en el que operar una impresora para cartón corrugado.
Algunas impresoras digitales para cartón corrugado ocupan más espacio que sus homólogas flexográficas, y el hecho de crear una sala blanca para disponer del entorno controlado necesario para alojar una impresora digital puede requerir mucho espacio e inversión adicionales. No obstante, en el mercado hay impresoras inkjet digitales para cartón corrugado que utilizan tintas de secado rápido que solo necesitan módulos de secado compactos, lo que reduce en gran medida el espacio total necesario. Además, algunas impresoras también cuentan con controles ambientales internos de temperatura y extracción de polvo, lo cual elimina la necesidad de una sala blanca, esto es, la impresora se puede colocar eficazmente junto a los sistemas tradicionales de la planta.
Cuarto mito: Cuesta encontrar un operador de impresora digital
En los últimos años, la carencia de competencias y conocimientos en el sector de la impresión —que se acentúa a medida que los profesionales experimentados se van jubilando— se ha convertido en uno de los principales retos para los convertidores. Por eso, la contratación de un operador de impresora puede parecer una tarea ardua.
Sin embargo, una vez que los fabricantes se dan cuenta de que un operador de impresora digital requiere un conjunto de competencias completamente distintas a las de un profesional de impresión tradicional, dar con la persona adecuada se convierte en algo mucho más sencillo. De hecho, no se necesita ningún conocimiento técnico específico del sector de la impresión para realizar una tirada de impresión digital, por lo que los fabricantes pueden beneficiarse de acceder a un grupo mucho más extenso de posibles candidatos que en el caso de un operador de impresora flexográfica.
Un operador con décadas de experiencia en tiradas con una impresora flexográfica o litográfica, con toda la configuración mecánica que se necesita, probablemente requiera tiempo y formación específica para adaptarse al proceso digital, como cabría esperar de cualquier profesional que durante años ha realizado su actividad de una determinada manera. No obstante, la facilidad de uso general de una impresora digital pronto convertirá en secundarias las tareas de control, configuración y optimización del proceso de impresión digital.
Dada la predominancia de los dispositivos digitales en la vida cotidiana, incluso una persona sin experiencia previa en el sector de la impresión podrá adaptarse con facilidad al manejo de una impresora digital.
Quinto mito: La rentabilidad de cualquier proceso de impresión digital es la misma
Aunque los beneficios generales de la impresión digital frente a los métodos tradicionales de impresión son bien sabidos y se aplican a cualquier proceso de impresión digital —más flexibilidad para las tiradas cortas de diseños variables y plazos de entrega reducidos—, no se puede decir lo mismo de la rentabilidad. Los fabricantes deberían prestar especial atención al coste total de propiedad, ya que los costes de funcionamiento pueden variar en gran medida entre los equipos disponibles en el mercado.
Existe una relación entre la eficacia del funcionamiento conjunto de los elementos digitales y mecánicos de una impresora que influye en la rentabilidad, un aspecto del que muchas personas no son conscientes. La rentabilidad no es igual para todas las marcas y modelos de impresoras digitales.
Las impresoras digitales combinan diversas tecnologías, a menudo patentadas, que, entre todas, repercuten en la rentabilidad. Lo mucho, o poco, que pueden aportar varía enormemente. Por ejemplo, algunas fórmulas de tintas de secado rápido contribuyen proactivamente a disminuir el consumo de energía gracias al menor tiempo de secado. Los cabezales de impresión y los conjuntos de tintas que proporcionan una excelente cobertura en una sola pasada pueden reducir el consumo total de tinta, con lo que se disminuye el coste por caja de cartón impresa. Los controles ambientales incorporados en una impresora eliminan la necesidad y el coste de mantener un ambiente controlado en un espacio mayor, como una sala blanca creada específicamente, sin importar el coste inicial de la instalación de dicho espacio.
Conclusión
Existen muchas ideas equivocadas en cuanto a la inversión en equipos de impresión digital para cartón corrugado, y los fabricantes a menudo se sorprenden cuando descubren la realidad de ejecutar un proceso de impresión digital, en relación tanto con el personal y los materiales como con la tan importante rentabilidad.
Los fabricantes deberían ir más allá de estos mitos y asociarse con un proveedor de equipos de impresión digital de confianza para que valore la verdadera rentabilidad en su caso de aplicación de impresión digital en cartón corrugado. Es decir, un socio fiable que les ayude a adentrarse en el terreno de la impresión digital, por ejemplo, con conocimientos valiosos del perfil ideal que debería tener un operador o con la identificación de oportunidades de negocio rentables y nuevas aplicaciones.