Las cervezas artesanales son un fenómeno del mercado que se niega a enfriarse. Las ventas globales se acercan al doble de las cifras de hace tan solo cinco años. Y no parece que esta tendencia vaya a ralentizarse en un futuro próximo. No obstante, ya sea a pesar de ello o precisamente por ello, la preocupación por la dieta y un estilo de vida saludable tampoco deja de crecer...
Para mitigar el conflicto de interés, la cervecera líder mundial Anheuser-Busch InBev ha anunciado que en breve comenzará a publicar información nutricional y sobre ingredientes en las etiquetas de sus cervezas. Entre los datos se incluirán las calorías, grasas, grasas saturadas, azúcares, proteínas, carbohidratos y sal, por ración y por cada 100 ml. El gigante cervecero se ha comprometido a tener al menos el 80 % de todas las marcas europeas etiquetadas antes de finales de 2017.
Y por lo que parece, AB InBev no es la única empresa que ha tomado esa decisión.
¿Está surgiendo una nueva cultura de transparencia?
La iniciativa de AB InBev confirma una tendencia global encaminada a que las cerveceras sean más transparentes sobre sus productos. El Instituto de la cerveza anunció recientemente la iniciativa de divulgación voluntaria de las cerveceras, The Brewer’s Voluntary Disclosure Initiative, un programa concebido para ofrecer a los clientes datos concretos sobre sus bebidas, incluyendo los ingredientes, la información nutricional y la fecha de elaboración. Más del 80 % de las cervezas que se venden en Estados Unidos forman parte de la iniciativa, a la que se han unido cerveceras como MillerCoors, Heineken USA y Craft Brew Alliance para ofrecer a sus clientes información sobre el etiquetado a partir de ahora.
Europa también se ha subido al carro. Brewers of Europe, que representa a la totalidad del sector cervecero europeo, se ha comprometido a ofrecer información completa sobre los ingredientes, así como los valores energéticos y nutricionales por cada 100 ml en las etiquetas (o en algunos casos mediante códigos QR impresos que permiten a los consumidores acceder a la información relevante online).
¿Qué se oculta tras este cambio de mentalidad?
El hecho de que tantas cerveceras estén poniendo en marcha iniciativas de peso demuestra su voluntad de anticiparse y reaccionar ante los cambiantes gustos de los consumidores. También se podría afirmar que al crear y cumplir de forma voluntaria las normativas de su propio sector, las empresas esperan evitar las posibles normativas externas que podrían ser más exigentes. No obstante, podría argumentarse que el contenido calórico de una cerveza no ofrece todos los datos sobre las propiedades saludables de la propia bebida, dado que no se proporcionan necesariamente los niveles de lúpulo y vitaminas.
¿Cuál es el coste?
Los aspectos prácticos y el coste financiero de las iniciativas podrían generar más presión en las cerveceras de menor tamaño, cuya producción se destina a un mercado muy específico y más especializado. Realizar cambios en las etiquetas de una cerveza de producción limitada puede repercutir considerablemente en los costes de producción, en comparación con las empresas de mayor tamaño cuyo gasto se compensa al contar con mayores volúmenes de ventas. También se han planteado preguntas respecto a cómo podría afectar esto a la elección de los consumidores, si lo hace. Hay quienes argumentan que la información nutricional, por muy visible que sea, nunca anulará influencias como las preferencias de sabor y la fidelidad de marca. A muchos consumidores simplemente no les importa.
¿Le ha llegado el final a la ignorancia?
Ya sea por ofrecer transparencia de forma voluntaria como por otros motivos, el camino hacia una información nutricional más clara está trazado. Al igual que el programa de etiquetado de alimentos del Reino Unido basado en las luces del semáforo, el cambio hacia una mayor concienciación de los consumidores pone los conocimientos, la responsabilidad y la autonomía en sus manos, lo que, esperemos, mejorará la confianza en los proveedores. Ahora, el reto de respaldar esta tendencia está en manos de las cerveceras, así como de los fabricantes de envases y etiquetado y los proveedores de equipos de impresión de etiquetas, para que apliquen los cambios necesarios.
ARTÍCULOS RELACIONADOS:
>> Caso de éxito: codificación de latas y botellas para Firestone Walker