Los equipos de chorro continuo de tinta (CIJ) antiguos no eran capaces de superar los nuevos retos descritos anteriormente, sin embargo, los atributos positivos de la tecnología llevan a muchos fabricantes a operar habitualmente con impresoras CIJ, actualizando el equipo antiguo con frecuencia a fin de optimizar el rendimiento y quizás ignorando la codificación de calidad inferior.
Sin embargo, la calidad del código es cada vez más crucial, ya que un código incorrecto o ineficaz puede provocar que no se cumplan los requisitos de la cadena de suministro.
«Para las empresas del Reino Unido, la información confusa en el envasado o etiquetado puede constituir un delito en virtud de la legislación de protección del consumidor frente a las prácticas comerciales desleales de 2008».
– Cámara de Comercio e Industria de Londres
La calidad del código impreso se debe a varios factores: una colocación precisa, una inyección con precisión, legibilidad y contraste, buena adherencia y durabilidad frente a las presiones medioambientales y manipulación física.
Hay numerosos motivos por los que un código CIJ podría resultar ineficaz, entre los que se incluyen cuestiones relacionadas con el propio sistema de codificación y el entorno de producción. Del mismo modo, con la introducción de nuevos materiales de embalaje, una selección inadecuada del sustrato podría generar un código de mala calidad.
Las elevadas velocidades de producción pueden afectar al código de manera visible, resultando en que los datos no se impriman dentro del área designada para el código o que el código aparezca «estirado» a lo largo de la etiqueta o superficie. La calidad de impresión puede ser también un problema. En algunos casos, es posible que la resolución del código no sea adecuada, lo que significa que se necesitan más gotas de tinta para lograr la definición deseada.
Si se selecciona una tinta de mala calidad o inadecuada, surgen problemas de adherencia que pueden hacer que los códigos aparezcan borrosos o agrietados y sean ilegibles. El contraste de los códigos también puede suponer un desafío en determinadas superficies, como el cristal de ámbar o las botellas transparentes que contienen líquidos oscuros. Aunque se encuentran disponibles colores de contraste, como el amarillo y el blanco, su conocida escasa fiabilidad hace que los fabricantes eviten estas tintas siempre que sea posible.
La investigación de mercado realizada por Domino confirmó que la calidad del código constituye el reto más importante, tanto en el presente como en el futuro. Cuando se les pidió que calificaran la importancia de los problemas relacionados con la codificación en comparación con otros aspectos de la producción, más de la mitad de los encuestados aseguró que un problema de codificación sería de máxima importancia.
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